PROYECTO SOLIDARIO
LA INDIA

Os contamos en primera persona cómo fue nuestra experiencia durante el viaje a la India para hacer entrega del 7% de nuestro beneficio del año 2015 al proyecto School of Principit@s de la asociación Lights of Hope.
 

Rubén Godoy, nuestro Gerente, lo vivió así:

«Llegamos a la India con la ilusión de un niño en su primer día de colegio. Dispuestos a aprender todo lo que nos podían aportar conocer ese país y la maravillosa experiencia de añadir nuestro granito de arena al gran proyecto que Lights of Hope desarrolla en su proyecto School of Principit@s a las afueras de Calcuta.

School of Principit@s  es un colegio donde la prioridad son ellos, los más pequeños. Desde el primer día el brillo de sus ojos y el blanco de sus dientes al sonreír, fueron nuestra compañía más preciada entre esas paredes azules que delimitan el colegio.

Gracias a todos los que nos ayudaron a conseguir este sueño, viajando con Viajes y Eventos Famara a lo largo del 2015, mi gran amigo Mario González y un servidor, nos encargamos de comprar una parte del material que usarán los niños en la actividad normal de la escuela, siempre con la inestimable ayuda de nuestro ayudante e intermediario Aihik, quien nos ayudó con las compras, además de ponernos en contacto con el colegio y las profesoras a nuestra llegada

 

Los primeros días íbamos conociendo poco a poco a todos los niños y niñas del cole. Esas sonrisas que quedaran marcadas para siempre en nuestra mente.Poco a poco nos fuimos introduciendo en el ritmo de la escuela. Al principio, organizar cada juego era un poco caótico, como todo lo que se vive en India. Mucha gente, muchas voces… te llevan a un intento constante de acoplarte y adaptarte a esa gran ola que, o bien te hunde y termina por ahogarte, o bien decides surfear hasta la orilla. Es un verdadero esfuerzo instalarte en un país con esas características, pero gracias a los más pequeños lo fuimos consiguiendo.

 

Llegamos en los últimos días de clase, por lo que los niños ya tenían casi todos los exámenes terminados, lo que se traduce en más tiempo libre para juegos. Nos reclamaban incesantemente jugar a cualquier cosa: desde los juegos clásicos que nunca olvidaremos de nuestra infancia, como el pañuelo, el tulipán… al bádminton, para el que compramos algunas raquetas y redes. Al fútbol, donde puedo decir que jugué alguno de los partidos más emocionantes y distintos de mi vida… Con suerte, a veces,  su vida es juego.

 

Lights of Hope nos concedió el privilegio de pintar, con todos los niños, el logo de nuestra empresa entre dos ventanas preciosas de color rojo que dan al patio interior del cole. Fue toda una experiencia poder pintar esa fachada junto con los peques, con alguno de los botes de pintura que días antes habíamos comprado por las calles de Calcuta.

 

Y llegó el último día de nuestra experiencia. Hasta los niños parecía que sabían que nos íbamos. Pasamos un rato despidiéndonos de todos ellos, conteniendo las lágrimas por el vacío que dejaría en nuestro corazón el adiós a unos pequeños que habíamos conocido apenas 6 días antes. Llegó el momento, nos dimos abrazos, besos y cruzamos la puerta del colegio con la angustia de que ellos seguirían en ese pequeño entorno, mientras nosotros volvíamos a este “tan ordenado mundo occidental” donde tuvimos la suerte de nacer. El silencio se ocupó de hacer un clima único, pegado a las vías del tren donde la ciudad de Calcuta duerme algo más tranquila.

 

Gracias de nuevo a todas aquellas personas que, viajando con nosotros, hicieron y hacen posible esta experiencia y tantas otras que tenemos preparadas. Un 7% de nuestro beneficio parece una cantidad escasa cuando las necesidades son tan importantes, pero en primera persona, te das cuenta, de que todos y cada uno de los granitos cuentan